Céline Martin, hermana de Thérèse, entró en el Carmelo en 1894. Llevó allí una cámara: tomó muchas fotos de su hermana Thérèse y de la comunidad. Recuerda que en ese momento había un tiempo de exposición de unos 9 segundos, lo que le daba un carácter un tanto fijo a los rostros.
Supo hacer un uso admirable del equipo, del todo rudimentario, del tiempo y de los medios de desarrollo de que disponía en un laboratorio improvisado.

De acuerdo con los hábitos de la época, con vistas a su amplia difusión, Céline retocará las fotos. Ver el ejemplo al lado con el retoque en miniatura. Esto contribuirá a dar una imagen algo cursi.
En 1950, el hermano Carmelo, François de Sainte Marie conseguirá haber publicado El verdadero rostro de Thérèse con fotos sin retocar